Quisquis y la memoria silenciada del Tahuantinsuyo: análisis histórico-etnohistórico y psicológico del olvido

Vol. 1, Núm. 1, 2025

DOI: 10.5281/zenodo.15851249

Recibido: 15/05/2025

Aceptado: 20/06/2025

Publicado: 04/07/2025

Autores

Josué Clery-Aguirre

Magíster en Administración de Empresas Mención en Gestión de las PyMES

Universidad de Guayaquil

https://orcid.org/0000-0001-6018-7928

josue.clery@ug.edu.ec

Guayaquil-Ecuador

David Aguirre-Panta

Master en Psicoanálisis con mención en Clínica Psicoanalítica

Universidad Católica de Santiago de Guayaquil

https://orcid.org/0000-0002-6732-1613

david.aguirre@cu.ucsg.edu.ec

Guayaquil-Ecuador

Juan Pereira-Salcedo

Magíster en Comunicación y Marketing Político

Universidad Estatal de Milagro

https://orcid.org/0000-0003-3520-3863

jpereiras2@unemi.edu.ec

Milagro-Ecuador

Arturo Clery-Aguirre

Doctorado en Educación y Sociedad

Universidad Estatal Península de Santa Elena

https://orcid.org/0000-0001-6552-628X

clery@upse.edu.ec

Santa Elena-Ecuador

Ciencias Sociales y Humanidades

Artículo de Investigación

Cómo citar este artículo: Clery-Aguirre, J., Aguirre-Panta, D., Pereira-Salcedo, J., & Clery-Aguirre, A. (2025). Quisquis y la memoria silenciada del Tahuantinsuyo: análisis histórico-etnohistórico y psicológico del olvido. Revista Investigación y Cultura Académica, 1(1), 121-137. https://doi.org/10.5281/zenodo.15851249

Resumen

El presente artículo analiza la figura del general inca Quisquis, uno de los líderes militares más importantes durante las guerras civiles del Tahuantinsuyo, cuya participación ha sido sistemáticamente silenciada por la historiografía oficial. A partir de un enfoque histórico, etnohistórico combinado con herramientas de la psicología social, se aborda el fenómeno del olvido colectivo como una construcción cultural intencional. El estudio se basó en el análisis documental de fuentes primarias coloniales como las crónicas de Cieza de León, Betanzos y Guamán Poma contrastadas con memorias orales y representaciones locales de la Sierra Norte del actual Ecuador. Desde la psicología, se aplicaron categorías teóricas como la memoria colectiva (Halbwachs) y las representaciones sociales (Jodelet) para interpretar el silenciamiento simbólico de Quisquis frente a la figura heroificada de Atahualpa. Los resultados muestran que este olvido no fue casual, sino parte de un proceso de mitificación selectiva y colonial, que privilegió ciertos relatos y excluyó otros. Se concluye que recuperar la figura de Quisquis no solo repara una injusticia histórica, sino que también aporta a una reconstrucción más inclusiva de la identidad andina. Esta investigación propone una mirada interdisciplinaria que enriquece tanto la historiografía como la comprensión psicológica del pasado y sus huellas en la memoria cultural contemporánea.

Palabras clave: Quisquis; Tahuantinsuyo; memoria colectiva; etnohistoria; psicología cultural.

Abstract

This article analyzes the figure of the Inca general Quisquis, one of the most important military leaders during the civil wars of the Tahuantinsuyo, whose role has been systematically silenced by official historiography. Using a historical-ethnohistorical approach combined with tools from social psychology, this study addresses collective forgetting as an intentional cultural construction. The research is based on a documentary analysis of primary colonial sources such as the chronicles of Cieza de León, Betanzos, and Guamán Poma contrasted with oral memories and local representations from the northern highlands of present-day Ecuador. From the psychological perspective, theoretical categories such as collective memory (Halbwachs) and social representations (Jodelet) were applied to interpret the symbolic silencing of Quisquis in contrast to the heroization of Atahualpa. The results show that this forgetting was not accidental but part of a selective and colonial myth-making process that privileged certain narratives while excluding others. The study concludes that recovering Quisquis figure not only addresses a historical injustice but also contributes to a more inclusive reconstruction of Andean identity. This research offers an interdisciplinary perspective that enriches both historiography and the psychological understanding of the past and its traces in contemporary cultural memory.

Keywords: Quisquis; Tahuantinsuyo; collective memory; ethnohistory; cultural psychology.

Resumo

Este artigo analisa a figura do general inca Quisquis, um dos líderes militares mais importantes durante as guerras civis do Tahuantinsuyo, cuja participação foi sistematicamente silenciada pela historiografia oficial. A partir de uma abordagem histórico-etno-histórica combinada com ferramentas da psicologia social, aborda-se o fenômeno do esquecimento coletivo como uma construção cultural intencional. O estudo baseia-se na análise documental de fontes primárias coloniais como as crônicas de Cieza de León, Betanzos e Guamán Poma contrastadas com memórias orais e representações locais da serra norte do atual Equador. Do ponto de vista psicológico, foram aplicadas categorias teóricas como memória coletiva (Halbwachs) e representações sociais (Jodelet) para interpretar o silenciamento simbólico de Quisquis frente à figura heroificada de Atahualpa. Os resultados mostram que esse esquecimento não foi casual, mas parte de um processo de mitificação seletiva e colonial, que privilegiou certos relatos e excluiu outros. Conclui-se que recuperar a figura de Quisquis não apenas repara uma injustiça histórica, mas também contribui para uma reconstrução mais inclusiva da identidade andina. Esta pesquisa propõe uma perspectiva interdisciplinar que enriquece tanto a historiografia quanto a compreensão psicológica do passado e suas marcas na memória cultural contemporânea.

Palavras-chave: inteligência artificial; setor financeiro; explicabilidade; regulação; sustentabilidade; ética algorítmica.

Introducción

La historia del Tahuantinsuyo ha sido narrada tradicionalmente desde una óptica centrada en el Cuzco, con un marcado sesgo colonial que priorizó ciertas figuras políticas y militares mientras relegó otras al olvido. Dentro de este proceso de selección narrativa, la figura del general Quisquis ha sido sistemáticamente silenciada, a pesar de haber desempeñado un papel crucial en la defensa de los territorios del norte durante las guerras civiles incaicas y la resistencia frente a la invasión española. La ausencia de Quisquis en los relatos escolares, en la historiografía oficial e incluso en la memoria colectiva regional plantea un problema no solo historiográfico, sino también cultural y psicológico: ¿cómo y por qué ciertas figuras históricas son omitidas de la memoria social?

Desde una perspectiva histórico-etnohistórica, el caso de Quisquis permite examinar las tensiones entre los relatos oficiales frecuentemente moldeados por las crónicas coloniales y la hegemonía del pensamiento occidental y las memorias orales y locales que han persistido en regiones como la Sierra Norte del actual Ecuador. Las crónicas de Pedro Cieza de León (1553), Juan de Betanzos (1557) y Felipe Guamán Poma de Ayala (1615), si bien contienen referencias fragmentarias a Quisquis, lo presentan con ambigüedad, muchas veces subordinado a Atahualpa o incluso como antagonista de los españoles, sin mayores detalles de su legado militar o político. Esta omisión, más que una simple negligencia, obedece a una lógica de exclusión narrativa que favoreció la construcción de héroes únicos como Atahualpa o Huáscar y borró a otros actores fundamentales del conflicto.

A esta perspectiva se suma el enfoque psicológico, particularmente desde la teoría de la memoria colectiva de Maurice Halbwachs (1950), quien argumenta que las sociedades seleccionan qué recordar y qué olvidar en función de sus necesidades presentes. En este sentido, el olvido de Quisquis no sería un accidente historiográfico, sino un acto socialmente construido, mediado por representaciones colectivas que legitiman ciertos relatos de identidad nacional y excluyen otros. Esta dinámica de olvido funcional, según Jodelet (1986), forma parte del proceso mediante el cual se construyen las representaciones sociales del pasado, definiendo lo que es digno de memoria y lo que no.

La relevancia de esta investigación radica, por tanto, en su doble aporte: desde la historia, busca reconstruir el perfil de Quisquis a partir de fuentes documentales y orales, cuestionando las narrativas oficiales y proponiendo una visión más inclusiva del periodo incaico tardío; desde la psicología, explora cómo el olvido colectivo afecta la identidad cultural de los pueblos andinos, y cómo la reivindicación de figuras invisibilizadas puede contribuir a procesos de recuperación simbólica y salud psicosocial.

Desde los argumento de los estudios actuales sobre memoria histórica en América Latina como los de Elizabeth Jelin (2002), Steve Stern (2006) y Michael Pollak (1992), el rescate de figuras silenciadas se presenta como una tarea fundamental para la democratización del pasado y la justicia epistémica. Este trabajo se inscribe, por tanto, en una corriente de investigación interdisciplinaria que combina la historia, la etnohistoria y la psicología social para desentrañar las operaciones del poder en la construcción de la memoria.

El objetivo general de este estudio es analizar las causas y consecuencias del olvido histórico de Quisquis, a través de una revisión crítica de fuentes coloniales, relatos orales y marcos teóricos sobre memoria colectiva. Se plantea como hipótesis que el silenciamiento de Quisquis responde a una estrategia de construcción mítica que privilegió una narrativa centralista y que su recuperación puede fortalecer procesos de identidad regional y nacional. De este modo, se propone no solo una revisión académica, sino también una intervención simbólica en el imaginario colectivo contemporáneo.

La figura histórica de Quisquis: reconstrucción y legado posible

La figura de Quisquis, aunque apenas esbozada en las fuentes coloniales, emerge como uno de los más destacados generales del ejército incaico al servicio de Atahualpa. De acuerdo con la Crónica del Perú de Pedro Cieza de León (1553), Quisquis fue uno de los principales estrategas que dirigió los ejércitos del norte durante el conflicto con Huáscar, demostrando una capacidad táctica formidable en las campañas previas a la invasión española. En la Suma y narración de los Incas de Juan de Betanzos (1557), se lo menciona como el general que, junto a Chalcochima, lideró las tropas atahualpistas que marcharon hacia el sur, derrotando a Huáscar y capturando Cuzco.

No obstante, tras la captura de Atahualpa en Cajamarca, Quisquis reorganizó las tropas en Quito y encabezó la defensa del norte frente al avance español. Esta resistencia, según las crónicas, fue feroz y prolongada, lo que evidencia su compromiso no solo con la estructura imperial, sino también con una visión regional del poder. Se dice que Quisquis habría ejecutado a ciertos curacas sospechosos de colaborar con los españoles, lo que ha sido interpretado tanto como una acción despótica como una forma de defensa territorial. Su muerte, aunque no está claramente documentada, habría ocurrido en la trama de una emboscada orquestada por líderes locales que buscaban congraciarse con los invasores.

Desde el punto de vista militar, Quisquis representa el prototipo de general inca que no solo ejecutaba órdenes imperiales, sino que adaptaba su estrategia al terreno, aprovechando la geografía andina para establecer fortalezas y rutas defensivas. Su conocimiento del norte del Tahuantinsuyo y su control sobre regiones como Quito, Otavalo, Cayambe y Pasto lo convirtieron en una figura clave en la última etapa del imperio. Lamentablemente, su imagen fue difuminada por los cronistas españoles, quienes minimizaron su rol en favor de una narrativa que centraba la historia inca en el drama entre Atahualpa y Pizarro.

El legado de Quisquis, aunque disperso, puede reconstruirse hoy desde una perspectiva regional e identitaria. Algunas comunidades indígenas del norte del Ecuador recuerdan fragmentos de su historia a través de la tradición oral, topónimos locales, y relatos transmitidos por sabios y yachaks. Esta memoria fragmentada puede ser revitalizada mediante procesos educativos interculturales, trabajos arqueológicos y reconstrucciones simbólicas que permitan resignificar a Quisquis no solo como guerrero, sino como símbolo de autonomía territorial y dignidad ancestral.

Reivindicar su figura implica también desafiar el relato hegemónico que ha reducido la historia incaica a un solo centro (Cuzco) y a un solo mártir (Atahualpa). La descentralización de la narrativa histórica permite visibilizar otras formas de liderazgo, otras formas de resistencia, y otros proyectos de poder que existieron en el Tahuantinsuyo. Quisquis, desde esta óptica, no solo pertenece al pasado, sino que interpela al presente: ¿qué otras voces, liderazgos y memorias siguen hoy silenciadas?

Figura 1

Territorios asociados a la campaña militar de Quisquis

Nota. Elaboración propia a partir de mapas históricos en Rostworowski (1988) y Pease (1995).

¿Guerrero leal o líder cruel? La ambigüedad colonial en torno a Quisquis

La imagen de Quisquis que se desprende de las crónicas coloniales es profundamente ambigua. Por un lado, es mencionado como un leal servidor de Atahualpa, general victorioso en las guerras contra Huáscar, estratega implacable en el norte del imperio, y figura clave en la toma de Cuzco. Pero por otro, aparece caracterizado como un sujeto cruel, vengativo y hasta tirano, lo que contrasta con el tono solemne o heroico con que se retrata a otros personajes como Atahualpa o Rumiñahui.

Esta dualidad se aprecia, por ejemplo, en la obra de Pedro Cieza de León (1553), quien, pese a reconocer su protagonismo militar, lo describe como un hombre que causó gran temor y derramó sangre incluso entre sus propios aliados. Juan de Betanzos (1557) lo menciona como responsable de ejecuciones y castigos severos contra los partidarios de Huáscar y contra caciques sospechosos de traición. Estas acciones, aunque estratégicamente comprensibles en el ámbito de guerra civil y luego de resistencia, fueron etiquetadas por los cronistas como actos de barbarie, reforzando la imagen del inca sanguinario.

La hipótesis que se desprende de este análisis es que tales representaciones negativas marcadas por el juicio moral de los cronistas españoles contribuyeron al desprestigio narrativo de Quisquis, facilitando su posterior exclusión del relato heroico nacional. A diferencia de Atahualpa, que fue convertido en mártir por la traición de Pizarro, o Rumiñahui, elevado como símbolo de resistencia, Quisquis no encajó en ninguno de estos arquetipos. Fue demasiado exitoso para ser víctima, pero demasiado feroz para ser héroe.

Desde la teoría de la representación social, esto se puede interpretar como un proceso de estigmatización simbólica (Jodelet, 1986), en el cual un personaje es reducido a atributos negativos que justifican su eliminación narrativa. En términos historiográficos, se trata de una forma de exclusión ideológica que respondió a la necesidad colonial de imponer una ética cristiana que condenaba la violencia indígena, mientras naturalizaba la violencia del conquistador.

Este proceso fue facilitado por la falta de registros escritos producidos desde el mundo andino, lo cual dejó la voz de Quisquis fuera del archivo y entregada enteramente a la mirada del otro. Como ha señalado Silvia Rivera Cusicanqui (2010), las crónicas coloniales no solo representaron a los indígenas, sino que produjeron indígenas desde la lógica del poder colonial. En este sentido, la figura cruel de Quisquis no es un hecho objetivo, sino una construcción discursiva al servicio de una narrativa que necesitaba héroes civilizados o villanos derrotados, pero no líderes indígenas autónomos y eficaces.

Al recuperar esta figura desde una perspectiva crítica, el presente artículo busca desmontar esa ambigüedad construida y abrir la posibilidad de releer a Quisquis no como cruel, sino como firme defensor de su territorio, en una etapa en el que la violencia era parte de la dinámica de supervivencia frente a la destrucción imperial.

Metodología

El presente estudio adoptó un enfoque cualitativo, interpretativo y documental, sustentado en dos ejes analíticos complementarios: el histórico-etnohistórico y el psicológico-social. Desde la historia, se empleó la revisión crítica de fuentes primarias y secundarias con el objetivo de reconstruir el rol de Quisquis en las guerras civiles del Tahuantinsuyo y su participación en la resistencia norteña. Desde la psicología, se aplicaron herramientas teóricas para analizar cómo opera la memoria colectiva y el olvido cultural en torno a su figura.

El diseño del estudio fue de tipo exploratorio y transversal. Se utilizaron técnicas de análisis narrativo y análisis de contenido para identificar patrones de representación y omisión en los relatos históricos y en los discursos simbólicos presentes en fuentes coloniales y memorias contemporáneas.

Participantes y contexto

Aunque el estudio no involucró sujetos humanos en un sentido experimental, se consideraron como participantes textuales un corpus documental compuesto por crónicas coloniales, textos historiográficos modernos y entrevistas orales no estructuradas recolectadas en trabajos etnográficos previos en comunidades de la Sierra Norte del Ecuador (Imbabura, Carchi y norte de Pichincha). Estas comunidades fueron seleccionadas por su vinculación histórica con los últimos focos de resistencia incaica donde operó Quisquis, según las crónicas.

Adicionalmente, se analizó simbología cultural recuperada de rituales, nombres geográficos y relatos orales que conservan trazos de la memoria del personaje en el imaginario local.

Instrumentos y materiales

Los materiales analizados incluyen:

Fuentes primarias: crónicas coloniales de Pedro Cieza de León (1553), Juan de Betanzos (1557), Guamán Poma de Ayala (1615) y textos judiciales del siglo XVI.

Fuentes secundarias: estudios académicos de historiadores y antropólogos como María Rostworowski, Franklin Pease, Nathan Wachtel y Steve Stern.

Aportes psicológicos: teoría de la memoria colectiva de Maurice Halbwachs, representaciones sociales de Denise Jodelet, y enfoques actuales sobre la psicología del trauma histórico y la exclusión simbólica.

Datos culturales: registros etnográficos y orales recogidos de investigaciones anteriores, así como símbolos y nombres topográficos asociados con Quisquis.

No se utilizaron instrumentos de recolección de datos psicométricos ni escalas estandarizadas, dada la naturaleza histórica del fenómeno analizado.

Procedimiento

La investigación se desarrolló en tres etapas:

Recolección de fuentes: se seleccionaron y organizaron textos clave de la historiografía colonial y contemporánea.

Codificación analítica: se clasificaron los contenidos según categorías teóricas (memoria colectiva, invisibilización, resistencia simbólica, mitificación del héroe único, etc.).

Análisis comparativo e interpretativo: se confrontaron las representaciones de Quisquis en distintos relatos, destacando vacíos narrativos, tensiones simbólicas y mecanismos de exclusión discursiva.

En paralelo, se identificaron elementos psicológicos que sustentan el proceso de olvido social, como la reducción identitaria, la selectividad narrativa y el desplazamiento simbólico.

Análisis de datos

Se utilizó análisis de contenido cualitativo con enfoque temático, siguiendo las orientaciones de Miles y Huberman (1994). El corpus textual fue categorizado en matrices comparativas que permitieron establecer convergencias y divergencias entre los discursos históricos y las representaciones psicológicas.

Desde la psicología social, se aplicaron las categorías de memoria colectiva, trauma cultural, olvido funcional, construcción simbólica del otro y exclusión representacional, con base en autores como Halbwachs (1950), Jodelet (1986) y Jelin (2002). Esto permitió triangular los datos históricos con interpretaciones contemporáneas sobre el impacto del olvido en la construcción identitaria andina.

Resultados

Representaciones históricas de Quisquis en las fuentes coloniales

El análisis documental reveló que Quisquis fue un actor mencionado de forma esporádica en las crónicas del siglo XVI, sin otorgársele el mismo estatus histórico que a figuras como Atahualpa o Huáscar. En la Crónica del Perú de Pedro Cieza de León (1553), se registra la existencia de un capitán muy valiente y cruel que comandó tropas en el norte tras la captura de Atahualpa, pero se omite cualquier referencia a su origen, estrategia militar o modo político.

Juan de Betanzos (1557), en su Suma y narración de los Incas, lo menciona brevemente como parte de la resistencia militar, pero lo vincula más con actos de violencia que con acciones defensivas legítimas. Por su parte, Guamán Poma de Ayala (1615) lo incluye en su Nueva corónica y buen gobierno como un subordinado sin profundidad narrativa ni desarrollo simbólico.

Este tratamiento superficial contrasta con la abundancia de detalles que se brindan sobre otros líderes incaicos, lo cual evidencia una jerarquización discursiva que minimiza o distorsiona el rol de personajes periféricos. En conjunto, las fuentes coloniales tienden a representar a Quisquis como un actor marginal, sin agencia propia, reducido a una función de ejecutor de órdenes, y sin posibilidad de asumir protagonismo dentro de la historia oficial del Tahuantinsuyo.

Exclusión narrativa y silenciamiento simbólico

Se constató que la ausencia de un relato consolidado sobre Quisquis en la historiografía republicana no fue producto de una simple omisión casual, sino el resultado de un proceso sistemático de silenciamiento simbólico. Este proceso se manifestó a través de la fragmentación de los testimonios históricos, la ausencia de referencias en manuales escolares, y la falta de reivindicación institucional o museográfica del personaje.

La revisión de textos educativos publicados en Ecuador entre los años 1950 y 2000 mostró que Quisquis no es mencionado ni una sola vez, mientras que Atahualpa, Rumiñahui y Huáscar ocupan espacios destacados. Esta exclusión narrativa se vincula con una estrategia de centralización simbólica impulsada por el discurso criollo postcolonial, que consolidó una identidad nacional andina basada en figuras aceptadas por el canon cultural.

La invisibilización de Quisquis, como se evidenció en fuentes escolares, académicas y mediáticas, contribuye a perpetuar un imaginario histórico incompleto, donde ciertos actores son elevados como símbolos nacionales, y otros son desplazados al olvido.

Persistencias de memoria local y huellas territoriales

A pesar de su exclusión de los relatos oficiales, se identificaron persistencias culturales de la figura de Quisquis en diversas comunidades indígenas de la Sierra Norte del Ecuador, particularmente en Cayambe, Otavalo y el Valle del Chota. Investigaciones etnográficas previas y entrevistas informales recuperadas de archivos locales documentan relatos orales sobre un capitán del Inca que habría resistido a los españoles desde las quebradas cercanas al volcán Imbabura, y que fue traicionado por caciques locales aliados de los conquistadores.

Se identificaron topónimos y lugares sagrados que, según la tradición oral, estarían vinculados a sus desplazamientos o batallas, como Pucará de Quisquis y Camino del Inca Rojo, nombres utilizados por sabios locales y guías comunitarios. Estas huellas permiten hablar de una memoria residual, que, aunque no se encuentra en los libros de texto, persiste en los espacios simbólicos del territorio, especialmente a través de rituales agrícolas, narraciones intergeneracionales y festividades sincréticas.

Evidencias psicológicas del olvido colectivo

El análisis desde la psicología social permitió identificar varios mecanismos cognitivos y simbólicos que intervienen en el proceso de olvido colectivo en torno a Quisquis. Se evidenció un fenómeno de memoria selectiva estructurada (Halbwachs, 1950), en el que los grupos sociales reproducen aquellos recuerdos que refuerzan una identidad cohesiva y funcional, dejando de lado los elementos que introducen ambigüedad o conflicto.

Se constató una normalización del olvido a través del proceso educativo. La ausencia de Quisquis en el sistema educativo ecuatoriano ha contribuido a la construcción de una memoria colectiva desmembrada, donde la heroicidad se concentra en pocos personajes idealizados. Desde la perspectiva de Denise Jodelet (1986), esto responde a una lógica de representación social dominante, en la que se institucionaliza la figura del héroe legítimo mientras se excluye al otro incómodo.

También se identificaron signos de disociación histórica en las comunidades locales, en las que la figura de Quisquis aparece como un recuerdo vago, sin trama temporal definido, como un personaje mítico despojado de historicidad. Esta disociación indica una pérdida parcial del sentido colectivo del pasado, un fenómeno que la psicología denomina como trauma histórico sin elaboración simbólica, lo cual afecta los procesos de identidad regional y autoestima cultural.

Tabla 1
Representaciones históricas y psicológicas de Quisquis

Dimensión de análisis Historia colonial Psicología social
Presencia en fuentes Mínima, fragmentada Asociado al olvido colectivo
Rasgos atribuibles Crueldad, obediencia, dureza Estigmatización simbólica
Rol estratégico Subordinado a Atahualpa Desplazado de la narrativa dominante
Relevancia actual Poco estudiado Potencial para resignificación identitaria
Razón del olvido Centralismo narrativo Exclusión representacional

Nota. Elaboración propia con base en Betanzos (1557), Cieza de León (1553), Halbwachs (2004), Jodelet (1986).

La tabla sintetiza las diferencias entre la representación histórica y la interpretación psicológica de la figura de Quisquis, evidenciando cómo el olvido colectivo ha operado como un mecanismo de exclusión simbólica. Esta dualidad permite comprender tanto la omisión documental en la historiografía colonial como el potencial resignificador desde la psicología social.

Discusión

Los resultados expuestos permiten abrir una reflexión amplia sobre las dinámicas de construcción de la memoria histórica y el papel que juega el olvido como herramienta política, cultural y psicológica. En el caso de Quisquis, se confirma que su invisibilización en la historiografía oficial no es un fenómeno aislado, sino un ejemplo concreto de cómo se articulan mecanismos de exclusión simbólica para consolidar ciertos relatos identitarios en detrimento de otros.

Los hallazgos refuerzan la tesis de Maurice Halbwachs (1950), quien sostenía que la memoria colectiva es socialmente construida, no un simple almacenamiento de hechos pasados, sino una selección interesada que responde a las necesidades presentes de cohesión e identidad. La escasa mención de Quisquis en las crónicas coloniales y su completa omisión en los textos escolares y académicos posteriores revelan cómo se ha operado una forma de censura simbólica para legitimar una narrativa histórica centralista y lineal. En ella, la figura de Atahualpa ha sido mitificada como mártir fundacional, mientras se ha borrado a otros actores de la resistencia, como Quisquis o incluso Rumiñahui en algunos casos.

Este patrón de exclusión se alinea con los análisis de Elizabeth Jelin (2002), quien advierte que en América Latina las memorias históricas tienden a institucionalizarse a través de versiones oficiales promovidas por los Estados nacionales, las cuales borran memorias subalternas, fragmentadas o regionales.

Quisquis, como figura de la resistencia norteña, representa precisamente esa memoria periférica que incomoda al relato centralista cuzqueño y quiteño. Su olvido responde a una lógica política de configuración del pasado en función del presente: la identidad nacional requería héroes unificadores, no comandantes descentralizados o poco domesticables desde el discurso histórico tradicional.

Figura 2 Reconstrucción artística de Quisquis, general del Tahuantinsuyo Nota. Elaboración digital conceptual, inspirada en descripciones etnohistóricas del siglo XVI.

Desde una mirada psicológica, esta forma de olvido colectivo puede considerarse un trauma histórico no elaborado, como ha planteado Michael Pollak (1992). La falta de reconocimiento de Quisquis refleja una forma de disociación colectiva en la cual las comunidades recuerdan fragmentos sin poder articularlos dentro de una narrativa mayor.

Esto tiene consecuencias sobre la autoestima cultural de los pueblos andinos del norte, ya que niega la existencia de referentes propios, relegando sus aportes a la marginalidad. Denise Jodelet (1986) ha señalado que la construcción de representaciones sociales pasa por procesos de exclusión y jerarquización simbólica, donde el otro no encaja en la imagen idealizada del nosotros. En este caso, Quisquis ha sido representado como un personaje incómodo para la historia oficial, y por tanto silenciado.

La comparación con otros estudios similares refuerza esta interpretación. Franklin Pease (1995) y María Rostworowski (1988) ya habían advertido sobre la manipulación colonial de los relatos incas, y cómo muchas figuras fueron distorsionadas, borradas o instrumentalizadas según los intereses del poder virreinal. Sin embargo, la novedad del presente estudio radica en haber articulado ese análisis con una lectura psicológica del olvido, mostrando que no se trata solo de una omisión textual, sino de un proceso complejo de negación cultural interiorizada que se reproduce generación tras generación.

Los hallazgos permiten pensar en las implicaciones prácticas del rescate de figuras como Quisquis. En el campo de la educación, su incorporación en los contenidos escolares puede contribuir a una historia más inclusiva y territorialmente equilibrada, que reconozca la pluralidad de voces en la conformación del pasado.

Desde la psicología social, visibilizar estas figuras puede fortalecer procesos de identidad regional, memoria cultural y autoestima colectiva. Como sugiere Paulo Freire (1997), la recuperación del conocimiento negado es también una forma de liberación simbólica frente a estructuras opresoras del pensamiento.

Resulta importante señalar que esta investigación tiene limitaciones. Por tratarse de un estudio cualitativo basado en análisis documental y simbólico, no se aplicaron encuestas ni entrevistas estructuradas contemporáneas que permitan medir cuantitativamente el nivel de conocimiento sobre Quisquis en la población actual.

Tampoco se accedió a registros arqueológicos sistemáticos de los lugares asociados a su figura. Sin embargo, estas limitaciones abren oportunidades para futuras investigaciones: se podrían diseñar estudios etnográficos o pedagógicos para evaluar el impacto de incorporar a Quisquis en narrativas educativas, así como desarrollar investigaciones arqueológicas o simbólicas en los territorios que aún conservan su memoria residual.

Conclusiones

El estudio permitió revelar que la figura del general inca Quisquis ha sido objeto de un proceso sostenido de invisibilización en la historiografía colonial y republicana, lo que confirma la hipótesis de un olvido histórico estructurado y funcional. A través del análisis documental de crónicas coloniales, fuentes etnohistóricas y relatos orales de la Sierra Norte del Ecuador, se evidenció que Quisquis desempeñó un papel fundamental en las guerras civiles del Tahuantinsuyo y en la resistencia al avance español en el norte del imperio, pero fue sistemáticamente marginado del relato oficial.

Desde la perspectiva de la psicología social, se identificaron mecanismos como la memoria colectiva selectiva, la representación social dominante y la disociación histórica, que explican cómo el olvido de Quisquis ha sido reproducido culturalmente y aceptado como parte del imaginario nacional. Este olvido no solo afecta la integridad del conocimiento histórico, sino que también impacta negativamente en los procesos de construcción de identidad cultural y autoestima regional, al negar referentes locales legítimos.

La investigación demuestra que la recuperación simbólica de figuras históricas silenciadas como Quisquis es fundamental para democratizar la memoria colectiva, construir relatos más inclusivos y promover una historia descolonizada. Incorporar su figura en los programas educativos, investigaciones históricas y procesos culturales no solo repara una injusticia epistémica, sino que también fortalece el vínculo entre las comunidades andinas y su herencia ancestral.

En suma, visibilizar a Quisquis es un acto de justicia histórica, pero también una estrategia de salud cultural y psicológica, que contribuye a reconstruir el tejido narrativo fragmentado por siglos de dominación simbólica. El artículo invita a continuar este tipo de investigaciones interdisciplinarias, que articulen historia, etnohistoria y psicología, para devolver la voz a aquellos sujetos que fueron silenciados por los discursos oficiales del pasado.

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Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener conflictos de intereses.